«Resulta que la culpa es de la capucha y no del chancho», decía mi abuela que exportaba capuchas a Alaska.

Lo cierto es que el ex Gran Hermano se paseaba por algunos programas con una actitud de bajón y que no agradaba a nadie, tratando de explicar por qué en el debut del Bailando se puso como loco tras su fallido intento de salir a la pista, que según la producción no dieron los tiempos televisivos. Cosa que alteró a Holder y con la paciencia colmada empezó a repartir puteadas y malos tratos hacia quienes lo acompañaban. Al otro día, Tomas fue a Intrusos luciendo una capucha y, obviamente le cayeron todos como perros a un gato y no le perdonaron una.

Yo te entiendo, querido Tomas, lo padecí con mi abuela por años, que me hacía quitar la gorrita a sopapos, y eso que me quedaba muy bien.

El ex GH se encargó de explicar al panel de Intrusos los acontecimientos que lo llevaron

A usar esta prenda que se volvió polémica.

Si de pavadas se trata, bien chata la TV que nos trata.